La normativa de los puntos de recarga: los puntos claves para entenderla
Los coches eléctricos están siendo protagonistas de muchas conversaciones actualmente. Se está apoyando la compra y el uso de estos, es una prioridad para el gobierno. Este enero de 2023 entrará en vigor un cambio relevante para el impulso de estos vehículos, y es que, todos los aparcamientos no residenciales deberán tener al menos un punto de recarga de coches por cada 40 plazas disponibles. Esta normativa de los puntos de recarga para coches eléctricos pretende ampliar la disponibilidad de los puntos de recarga para los usuarios que tengan coches eléctricos o híbridos con carga.
Los coches eléctricos e híbridos tienen grandes ventajas frente a los que utilizan un motor de combustión para funcionar. Estos tienen menos impacto en el medio ambiente aún con el uso continuado de los mismos y por ello, son un punto clave de las estrategias y normativas del gobierno para reducir las emisiones y acciones contaminantes en el planeta.
Aun con ello, muchos usuarios se muestran reticentes a comprar este tipo de vehículos. Su coste en el mercado es más elevado y tienen menos autonomía para poder hacer largos viajes. Para viajar con un coche eléctrico es esencial contar con puntos de recarga en el camino y estos aún son excepción en el mapa español. La nueva normativa quiere aumentar los puntos habilitados, además, se quiere seguir invirtiendo en los mismos y sus sistemas para garantizar cargas más rápidas y eficaces con el tiempo.
En diciembre de 2021, el Gobierno ya aprobaba un Real Decreto (29/2021) que establecía la obligatoriedad de instalar puntos de recarga de baterías para coches eléctricos en espacios de acceso públicos. Pero estos aún resultaban escasos teniendo en cuenta el impulso que se le quiere dar a la venta y uso de los coches eléctricos.
Actualmente, existen ayudas para la compra de coches eléctricos, para suplir los costes elevados de los mismos. Por ello, la nueva normativa apuesta por ir un paso más allá y busca aumentar los puntos de recarga. Este es un primer cambio de los muchos que están por venir, ya que también se quiere conseguir la instalación de puntos de recarga para baterías de coches eléctricos en aparcamientos privados y residenciales.
Los puntos de recarga que contempla la normativa
Esta nueva normativa, que entrará en vigor próximamente, establece las siguientes medidas:
Los edificios no residenciales privados que tengan aparcamientos de más de 20 plazas, deberán poner a disposición de los conductores al menos un cargador por cada 40 plazas disponibles. Esta medida no solo afectará a centros de trabajo, fábricas y oficinas, también se incluyen espacios como supermercados, centros comerciales, hoteles, hospitales o centros educativos, entre otros.
Esta primera medida busca aumentar la disponibilidad de puntos de recarga de baterías para coches eléctricos en lugares de gran afluencia. Estos suelen tener aparcamientos grandes con capacidad para cientos de coches, por ello, deberían habilitar varios para la carga de los vehículos eléctricos que acudiesen a estas zonas.
Se complementa con una segunda medida que establece que los edificios que sean propiedad de la Administración General del Estado, tendrán que tener un punto de carga por cada 20 plazas disponibles, siempre que el aparcamiento disponga de hasta 500 plazas en el edificio.
Los beneficios fiscales relacionados con la normativa de puntos de recarga
Estas modificaciones en los espacios y las instalaciones de nuevos puntos de recarga supondrán una inversión para los edificios y espacio que tengan que acatarla. Aun con ello, es esencial tener en cuenta que la normativa que impulsa la movilidad eléctrica y que entrará en vigor en enero de 2023, también trae interesantes beneficios fiscales para los que deban cumplirla.
Las empresas que instalen estas infraestructuras en sus edificios para acotar la nueva ley “pueden llegar hasta el 50% de la bonificación del Impuesto de Bienes de Inmueble (IBI) y el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y a la exención de hasta el 90% de los impuestos de obra relativos a la instalación de puntos de recarga.”. Así se exponen los beneficios de los que podrán disfrutar las empresas que hayan tenido que realizar estas modificaciones, economizando el impacto de la instalación.
Conseguir una movilidad sin emisiones es un objetivo claro no solo para España y gran parte de sus partidos, sino también para Europa. Desde la Unión Europea se trabaja en normativas, incentivos y estrategias para impulsar una conducción más sostenible y respetuosa con el planeta. Eso se hará más palpable con el paso de los años y se convertiría en una realidad en el año 2035, pues a partir de este año ya no se podrán vender coches que funcionen con motor de combustión.
Antes de que llegue este momento, es esencial trabajar para mejorar las infraestructuras disponibles. El primer paso será en los edificios no residencial y públicos, pero también llegarán modificaciones para las nuevas construcciones, que tendrán que acotar unas normativas referentes a la instalación de puntos de carga en el futuro.
La mejora de los puntos de recarga para coches eléctricos
Además, también se trabaja en la necesidad de mejorar los puntos de recarga de baterías para coches cuyos principales objetivos son los que mencionamos a continuación.
Crear equipos de recarga más resistentes
El aumento de los puntos de recarga es uno de los principales puntos de la normativa, pero, además, es importante ir optimizando su diseño para que sean más resistentes. Estos puntos de carga están expuestos al uso continuado y a las condiciones climáticas, por lo que garantizar su resistencia resulta obligatorio si se quiere impulsar su uso.
Para asegurar la resistencia y robustez de los puntos de recarga, se realizan diferentes pruebas para verificar el grado de protección.
Seguridad de los puntos de recarga
Se quieren instalar puntos de recarga no solo en los espacios públicos, sino también en los privados. Con el aumento de la compra de coches eléctricos, muchos hogares optarán por instalar puntos de carga privados, para una mayor comodidad. Estos deben ser seguros y contar con unas medidas de protección para el usuario, protegiendo el dispositivo de posibles contactos o incluso contra incendios.
Conectividad y rapidez
Fomentar la eficiencia energética también es apostar por una mejora de los dispositivos actuales en cuanto a rapidez de carga y conectividad. Si los sistemas de recarga cuentan con un funcionamiento práctico, cómodo y eficaz, será más sencillo que estos se incorporen en la vida diaria de los usuarios.